domingo, 3 de agosto de 2008


ISLA ELIDA

CABAÑAS
CASAS DE ALQUILER

ENGLISH SPOKEN

ISLAS DEL TIGRE, DELTA DEL RÍO PARANÁ
Teléfono..........011 47280937 (de noche)
Celular............. 155 844 6222
Mnsj de txt....... 115 844 6222


Video desde el muelle


VIDEO: Interior casa Claire



VIDEO: Interior casa Lili Marlene




Video interior casa Isla Elida



Fotos enviadas por los que nos visitan en:




Comentarios de la gente que nos visita,un poco más abajo

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Clara, ver esto me hace desear que llegue el momento de estar allá.
Para todos los que hemos ido sabes que es ¡¡¡¡¡NUESTRO LUGAR EN EL MUNDO!!!!!. Así nos haces sentir!!!!. Hospitalidad, cariño, atención esmerada, excelente companía, ayuda para todo y todos, apoyo y oreja cuando llegamos bajoneados, alegría constante, charlas interesantes, respeto, confianza, libertad, privacidad, etc., etc., etc. ..... OTRO MUNDO
Llegar a Elida es hermoso y reconfortante. Irse triste ya que uno deja parte de su corazoncito allá. Eso sí, sabemos que lo cuidas con mucho esmero para que cuando volvamos, nos reciba en el muelle junto con vos y los bichis. Dejar parte de nuestro corazón no es un acto voluntario es algo natural e inevitable!!!!
Que contarles, a los que no lo conocen: cada casa tiene su encanto, pero eso ya lo vieron en las fotos!!!! Pero lo que no vieron…….el inimaginable espectáculo de los atardeceres en el muelle, la luna reflejada en el agua del río por las noches, las noches a la luz de la luna en una hamaca paraguaya, si hasta te parece que podés tocar el cielo con las manos ya que las estrellas están ahí, a nuestro alcance. Qúe hermosos los amaneceres con sólo el canto de los pájaros..... Si quieren disfrutar de paz, tranquilidad, solidaridad, excelente compania, volver a sentirse en armonía con la naturaleza y, porqué no reconciliarse, un poco, con nuestros congeneres humanos, NO DEJEN DE IR A ISLA ELIDA.
Si aman la tranquilidad y la naturaleza con buena atención y companía no duden en ir a Isla Elida. Encontrarán, además, una de las más bellas personas que conozco en mi vida. Prueben, no se van a arrepentir.
Mariana

Anace dijo...

Comparto a Wang Wei ya que tiene mucho que ver .
"Ultimamente comprendi el significado de la tranquilidad. Dia tras dia me mantuve apartado de la multitud. Limpie mi cabaña y la prepare para la visita de un monje. Que llego a visitarme desde las montañas lejanas.
Vino bajando desde los picos ocultos por las nubes, para verme en mi casa de techo de paja.
Sentados en el pasto compartimos la resina del pino.
Quemando incienso leimos los sutras del Tao.
Al terminar el dia encendimos nuestra lampara. Las campanas del templo anuncian el comienzo de la noche. Repentinamente adverti que la tranquilidad es realmente felicidad
Y senti que mi vida tiene abundante ocio."

Anónimo dijo...

CLARITAAA!!!! ACABO DE VER LOS VIDEOS DE LAS CASAS QUE ME DIJISTE POR MAIL, LA VERDAD QUE QUE DECIRTE, RECORDAR CADA UNO DE LOS LUGARES DE LA CASA ME TRAEN RECUERDOS.(DESDE EL DILUVIO CON EL QUE LLEGUE, A LAS CHARLAS CON VOS Y CON TU VECINO EN TU COCINA, DE JULIA LA ARAÑA Y DEMAS BICHITOS Q TAN BIEN LO HACEN A UNA SENTIR.
NO VEO EL MOMENTO DE IRME PARA ALLA !!!!!!!!!!! 3/12 !!! 3/12!!! IUPIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!!
TE MANDO UN BESITO MUY GRANDEEE!!!! Y MUY LINDOS LOS VIDEOSS!!!
PATITO

Pietro dijo...

Nuestros días en Lili Marlene
Por Pietro Salemme

Dia 1
Clara nos recibe en el muelle, rodeada de cuatro perros y un gato, que mas tarde nos enteraríamos que era una gata y que se llamaba Magali. “Todos los animales de la isla han sido tirados” nos cuenta Clara. Como Magali, que fue arrojada desde una lancha taxi una tarde fría y que Clara encontró aferrada a la cima de un tronco que asomaba de del río San Antonio en estado de shock. La tomó en sus brazos y la llevó dentro de la casa. Magali no le teme al agua. Lo comprobamos esta primera tarde cuando se quedó en el muelle a nuestro lado mientras leíamos y de rato en rato le acariciábamos el lomo y la panza.
La casa de Clara es el corazón de la isla, a sus costados las dos cabañas. A la derecha Claire y la izquierda, Lili Marlene, la que elegimos para pasar estos días frente al río. Al lado de la puerta de entrada hay un recorte de diario, plastificado, sobre el texto, una foto de Hanna Schygulla. El párrafo cuenta la historia de la canción que un soldado de escribió a dos mujeres de las que estaba igualmente enamorado: Lili y Marlene. A la derecha del recorte añejo, impreso en una hoja un mail de un huésped anterior, de origen alemán, donde transcribe la letra de Lili Marlene en idioma original y al costado, su versión al castellano. Se siente la historia a en cada rincón de la cabaña. En un estante, rodeado de dibujos con mano de niño, un cuaderno tapa dura forrado en papel araña naranja titula en su primer página “Libro de reclamos y sugerencias Casa Lili Marlene” y un sello municipal que aparecerá en cada hoja a modo de folio que certifica haber sido entregado en Septiembre de 2003. El libro de reclamos o sugerencias ha sido convertido por cada visitante ocasional en un anecdotario o papiro de agradecimiento. Incluso se cuenta en primera persona la historia de una muchacha que eligió la casa para pasar sus últimos cinco meses de embarazo y parir en aquella cama matrimonial con la que me encuentro con solo levantar la vista del cuaderno. Hay historias que no pueden escribirse, que se viven in situ o se palpitan en el ambiente.
Clara vive en las islas desde 1987, en aquel entonces, el Delta albergaba mil habitantes. Hoy en día esa cifra asciende a diecisiete mil. Mucha, demasiada gente nueva. Pero aún sobreviven isleños. Como esa señora que vimos en nuestra primera ida al almacén, en el corredor de frente de su casa, sentada entre plantas, leyendo un diario y protestándole a un perro. Rubí, nacida en Entre Rios. Tan mala que su padre la echó de la casa porque no la soportaba más. Nos cuenta Clara al caer la tarde, mientras tres de los perros juegan. Entre ellos Boris Pesadilla, que fue arrojado al río desde un yate. Blanco y con los ojos celestes. Boris Pesadilla nos caminó delante nuestro en todo el recorrido hasta el almacén. Luego desapareció y a mitad de camino de regreso volvimos a encontrarlo, poco antes de un punto donde nos desorientamos y no sabíamos por donde continuar. Pero Boris Pesadilla nos aguardaba sentado sobre sus patas traseras a mitad de un sendero para guiarnos. “Rubí era una mujer hermosa, con los ojos casi achinados, y su esposa la dibujaba con sus manos en el aire, haciendo las curvas de una mujer casi perfecta, porque lo que tenía de preciosa lo tenía de mal genio. Se pasó la vida tomando sol, de un lado y del otro. Así está de arrugada. Está peleada conmigo desde hace veinticinco años” Clara adora los libros, y me recomienda dos en menos de un minuto “Carapachay” de Sarmiento y “Río abajo” de no recuerdo quien en este momento. No se come decirle que me interesan más sus historias que la de los libros. Que un lugar que enamora mas aun si se de quienes lo moran.

Pietro dijo...

Dia 2
El relleno lo preparé yo: carne picada, cebolla, verdeo (la aparte blanca se cocina, la verde se la echo cuando todo está listo), morron rojo, huevo duro, comino, sal y pimienta. Nacho/Jorge le da el útimo toque con una cucharadas mostaza y les hace un repulgue perfecto. Las freímos en grasa de cerdo fresca que un par de veces al año trae desde Azul el padre de Nacho/Jorge junto a otros derivados del animal.
Clara está limpiando la otra cabaña, Claire. Es diferente a la Lili Marlene. Lilí es madera, Claire, material. Le llevo unas empanadas calientes. Me recibe gritando mi nombre mientras sacude unas mantas en el balcón al río. Me pregunta si soy italiano, le respondo que mi padre lo era. Tenía ganas de conocer la otra cabaña y entro. En la habitación matrimonial me llama la atención silla antigua, de madera, perfectamente conservada. “Esa silla tiene su historia” me adelanta Clara dándole el primer mordisco a la empanada. “¿Conoces a Hugo Fregonese, el director de cine que hizo “Pampa Bárbara”? Era mi tío. Pasó sus últimos meses acá en la isla conmigo. Sus hijos viven en Estados Unidos. Le dije “Te quedas en ese departamento oscuro o te venis a la isla conmigo? Me voy con vos. Esa silla se la ganó a un inglés jugando al poker. Lo dejó pelado. Esa silla y dos cuadros que cuando Hugo murió, con mi marido los vendimos.”
La siesta avanza, desde el muelle escucho a Clara conversar con un amigo. Las gallinas son libres en estas horas, el gallo las sigue a las tres, queriéndolas pisar, pero no lo logra. Leo. El día está hermoso. Pero cuando levanto la vista de las páginas del libro descubro que el cielo se ha puesto plomizo.
El sendero del biguá es un recorrido de cerca de dos horas alrededor de la isla. Preparé termo y mate y emprendimos el andar, no sin antes abrigarnos un poco. Ayer habíamos andado un tramo, esta vez seguiríamos. En “El hornero” compramos la torta rogel que ayer me había creado el antojo cuando la vi. Seguimos. Encontramos una ferretería, una estación de servicio YPF para lanchas. Y algunos perros a los que no les resultamos muy gratos. Por momentos el camino se tornaba confuso. Comenzaron a caer las primeras gotas. Entramos en un cañaveral, a la derecha, el rio, parecía desaparecer y a la izquierda, lo frondoso de la vegetación no permitía divisar casa alguna. En medio de ese bosque, una casa derruida, una tenue luz y voces que provenían de su interior. Tipica casa de película de terror donde vive el encargado de sembrar los horrores. Pasamos por su lado y el camino nos dejo nuevamente en una encrucijada, ¿hacia donde seguir? En una casa, vimos que una señora colocaba prendas en un lavarropas. El ruido del aparato le impedía escuchar mis llamados. Finalmente me vió y se acercó. Le preguntamos cual de los dos senderos nos devolverían al río San Antonio. Se mostró confundida. Finalmente nos advirtió que por uno de los caminos, llegaríamos al Pajarillo y de allí no había salida, y por el otro nos alejaríamos. Debíamos volver sobre nuestros pasos y completar el sendero del Biguá antes de cruzar el puente que nos dejó a pasos de El Hornero donde compramos la torta rogel. Yo veo un sendero y ando, pero me sorprendió que Jorge/Nacho que es mi brújula y quien había visto el plano en lápiz nos dejó Clara en la cabaña, no se hubiera percatado. Volvimos a pasar al costado de la casa de película de terror. Hacia mas de una hora que caminábamos, la lluvia aumentaba, y si bien no oscurecía, las nubes daban un efecto gris de temer. Al pasar por la casa la voz de un hombre cantando estrofas de un tango que el nerviosismo no me permitió reconocer nos hizo apresurar la marcha. El volumen de aquella voz parecía acrecentarse a medida que nos apurábamos. Cuando nos encontramos con el punto exacto por donde antes deberíamos haber doblado, decidimos dejarlo para otro día y regresar por el mismo camino por donde habíamos venido. El ultimo tramo lo hicimos corriendo, la lluvia era copiosa. Lo que no nos mojamos en la hora y media de recorrido, nos mojamos en los últimos metros antes de entrar en la cabaña..

Pietro dijo...

Dia 3
El primer sol de la mañana comenzó a secar las gotas de lluvia que quedaron aferradas a las hojas de los árboles, único rastro de la llovizna de ayer.
Lecturas en el muelle, cocinar mirando el rio, jugar a un juego de preguntas sobre cultura general, correr con los perros, descansar…
Quiza signada por su nombre o cansada de visitantes torpes de ciudad, Clara deja señales de puño y letra y/o letra impresa en las cabañas que alquila. Lili Marlene tiene cartelitos con indicaciones que son de lo mas utiles. Dispersos en la cocina, el baño y el comedor. Hasta los lados de la heladera presentan inscripciones. Las habitaciones, no. Porque se sabe que allí, cada uno hace lo que quiere (o puede). No me canso de pasear la vista entre uno y otro, releyendo párrafos que cuentan mas de lo que dicen. Un extracto de ellos, vale la pena desde hoy hasta la eternidad:

Del comedor:

“Piense que quiza al que sigue no le gusten tanto los animales, pero el animal no lo entiende”

“Camine con precaución por sobre muelles, escaleras, puentes y pasarelas. Ojo con los resbalones después de lluvias y repuntes”

Mi preferido de este sector:

“Ojo con el ganso que está malísimo porque está en celo. No acercarse al corral”

Del baño

“El agua alcanza para bañarse, pero si se desea mas agua se puede cerrar la salida de agua al enjabonarse (así se bañan en los grandes barcos, donde también hay que cuidar el agua dulce) Y recuerde siempre, con respecto a la isla y a todo lo demás también, que siempre, los primeros cien años son los mas duros. Ja, ja!!!”

Pietro dijo...

Día 4
Cristian nos proporcionó algunas claves para poder finalmente concretar nuestro recorrido de El camino del Biguá. Poco antes del mediodía iniciamos el trayecto que nos llevó una hora cuarenta minutos. Regresamos cada uno con una zapatilla embarrada. Un pie puede equivocarse, dos no. Porque es uno el que tantea el camino, el otro, lo sigue a paso firme. Llevar un buen palo servirá en esta aventura, no solo de bastón.
Hoy pasaremos nuestra última noche en la Isla Elida. Ayer, luego de comer, cuando los grillos comenzaron a dirigir la orquesta nocturna, tomamos la linterna y nos hicimos hasta el muelle. Fue allí donde volvimos a ver un bichito de luz. Solo uno. Jorge/Nacho y yo coincidimos en que no veíamos un bichito de luz desde nuestra infancia. Y nos preguntamos ¿Qué pasó con los bichitos de luz? Quizá, corrieron el mismo destino de las mariposas…
Este atardecer nos encontró también en el muelle, acompañados por Magali, Boris Pesadilla y la viejita Pandy. Contemplando el poco movimiento en los alrededores a la caída del sol, escuchando el murmullo divertido de unas muchachitas de la isla de enfrente no pude evitar pensar en cual será finalmente mi lugar en el mundo. Un lugar del cual conozco las condiciones en que lo deseo, y se que allí están mis libros, la Biblioteca, nuestros animales, y por sobretodo Jorge/Nacho.
Me acerco al final del libro de Renato Pellegrini “Asfalto”. Jorge/Nacho continúa con su novela de Chejov. Esta isla es un lugar sumamente inspirador para la lectura. Jorge/Nacho cargó una buena programación en la notebook lo que nos permitió disfrutar de la llamada “trilogía de las manicuras”: Divorcio en Montevideo, Casamiento en Buenos Aires y Luna de Miel en Río con Nini Marshall, Sabina Olmos, Tito Lusiardo, Enrique Serrano y otros. También la inquietante “Andres no quiere dormir la siesta” con Norma Aleandro. Y en los almuerzos nos acompañaban los sketchs de Tortonese y Urdapilleta con Gasalla en los noventa, Juana (Molina) y sus hermanas o Violencia Rivas…
Ultima noche. Comenzamos a ordenar. A despedirnos. Y a todo esto, no deja de enamorarme ese pequeño cuadro, casi en 3D donde dos mujeres de otra epoca se pasean por la costa… Ese pequeño cuadro que me conmueve desde el primer día y que en algo me recuerda a aquella bellísima película llamada “Yo escuche a las sirenas cantar”.

Pietro dijo...

Dia 5
El epilogo de los estos días, sucedió en el muelle, mientras esperábamos a la lancha que nos devolvería al asfalto. Clara nos acompaño en la espera, junto a cada uno de los perros, y a la gata Magalí. No podría contar las historias que nos narró, pero basta con llegarse a Isla Elida, para encontrarse con ese mundo que ofrece la naturaleza y que Clara cuida tan amorosamente.



17, 18,19, 20 y 21 de Octubre de 2011

Pietro Salemme
http://pietrosalemme.blogspot.com
http://bibliotecalgttb.blogspot.com
http://museolgtbi.tumblr.com

Sandra dijo...

Es un buen lugar como para relajarse?
Porque hace un año que vivo en el alquiler temporario en buenos aires y estoy realmente agotada de la ciudad y quiero ir a un lgyar lindo para relajarme
es este el caso? que me sugieren?

Gosia Pomersbach dijo...

Beautiful place. Maybe for best vacation in my life? Maybe...